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Crónica de una noche cervantina
Por: Bernardo Monroy, Domingo, 12 de Octubre de 2008
Guanajuato se llena de música, baile, tribus urbanas, jóvenes de todo el país y del mundo
Guanajuato
También asisten
Las noches de Guanajuato se llenan de música, baile, tribus urbanas, jóvenes de todo el país y del mundo.
Costumbre
Para algunos, asistir al Festival Internacional Cervantino es más un hábito que un gusto.
En un lugar de Guanajuato, de cuyo nombre no quiero acordarme, inició el primer viernes del Festival Internacional Cervantino.
Las noches de Guanajuato se llenan de música, baile, tribus urbanas, jóvenes de todo el país y en ocasiones, del mundo.
Ya entrada la medianoche es cuando empieza la verdadera acción: muchachos cargando sleeping bags , parejas gays recorriendo los callejones. Punks. Darketos. Emos que en esta ocasión no temen ser agredidos.
Muchachos vestidos de traje o con playeras que exhiben el logo de marcas como Abercrombie o American Eagle . También hay quienes visten gabardinas o simplemente usan camisetas, pero no sienten frío pues gracias a un buen vinito la noche cervantina se hace más tolerante.
Para algunos, asistir al Cervantino es más un hábito que un gusto. Un ejemplo es Karina Marín Ortiz, de casi 30 años, quien es originaria del Distrito Federal. Tiene el pelo pintado de colores rojo y violeta, y viste con ropa estilo "punk".
Tatuajes cubren sus brazos. Ese look, expresa, le ha hecho que la detengan los policías constantemente para hacerle "revisión".
Hace 11 años que Karina viene al Cervantino. Un amigo suyo la invitó al festival cuando ella cursaba la preparatoria. "has de cuenta que lo que yo he visto es que casi no viene gente.
No hay mucha apertura. La primera vez que vine había eventos culturales gratis. Toda la gente podía aprender algo. Ahora hay policías por todos lados y los eventos son muy caros, no cualquiera puede pagarlos.
Yo vengo porque tengo una línea de ropa que se llama Fashion Underground, y la vendo en varios lugares de la República, pero definitivamente se ha perdido la esencia del Cervantino".
En opinión de Karina, la constante presencia de los policías "espanta" a la gente durante el festival. "Diario me paran aunque sea una vez. Que si traigo drogas, que si la imagen… ya ves que es el cliché de algo malo".
Aunque no todos piensan igual. Thomas Pell es originario de Los Angeles, California. Tiene 27 años y es el segundo año que viene al FIC. Define al festival como un evento "grandioso", y explica que en pocos lugares de la República Mexicana la gente es tan cálida y tan amable.
Asegura que no le importa perderse en los callejones de Guanajuato. Que eso le resulta muy cool .
Durante la noche cervantina hay de todos los géneros musicales para escuchar. Caminas al Jardín de la Paz y escuchas ‘Becoming Insane’ de Infected Mushroom. Rumbo a la Plaza de la Paz, suena ‘Te quiero’ de Los Hombres G. Por la calle Mendizabal a todo volumen se escucha ‘Start me up’ de los Rolling Stones, un automóvil reproduce ‘Estos celos’ de Vicente Fernandez, y desde algún bar lejano suena ‘Another brick in the wall’ de Pink Floyd.
En las calles puedes cenar, escuchar a un ventrílocuo callejero, o ser dibujado con el cuerpo de Spiderman o una despampanante modelo. Adolescentes de todo el país visitan Guanajuato, entre quienes se encuentran los estudiantes del Colegio de Ciencias y Letras de Tepic.
Son 60 estudiantes que se apuntan cada año para asistir al Cervantino. Todos ellos tienen entre 17 y 18 años de edad. No paran de tomarse fotos en los jardines o en las escalinatas de la universidad.
Como cada año, el 2009 esperan regresar.
Erika García es de León, Guanajuato, y como tantos otro jóvenes leoneses, se queda a dormir con amigos suyos. Ella está de acuerdo con que hay más seguridad y actualmente "se está volviendo más aburrido en cuanto a la seguridad, antes el Cervantino era más prendido… pero en cuanto a la cultura está super bien".
Se quedará en Guanajuato: "¡Hasta que se acabe el Cervantino!"
Hasta que se acabe… lo cierto es que el festival apenas empieza.
Por: Bernardo Monroy, Domingo, 12 de Octubre de 2008
Guanajuato se llena de música, baile, tribus urbanas, jóvenes de todo el país y del mundo
Guanajuato
También asisten
Las noches de Guanajuato se llenan de música, baile, tribus urbanas, jóvenes de todo el país y del mundo.
Costumbre
Para algunos, asistir al Festival Internacional Cervantino es más un hábito que un gusto.
En un lugar de Guanajuato, de cuyo nombre no quiero acordarme, inició el primer viernes del Festival Internacional Cervantino.
Las noches de Guanajuato se llenan de música, baile, tribus urbanas, jóvenes de todo el país y en ocasiones, del mundo.
Ya entrada la medianoche es cuando empieza la verdadera acción: muchachos cargando sleeping bags , parejas gays recorriendo los callejones. Punks. Darketos. Emos que en esta ocasión no temen ser agredidos.
Muchachos vestidos de traje o con playeras que exhiben el logo de marcas como Abercrombie o American Eagle . También hay quienes visten gabardinas o simplemente usan camisetas, pero no sienten frío pues gracias a un buen vinito la noche cervantina se hace más tolerante.
Para algunos, asistir al Cervantino es más un hábito que un gusto. Un ejemplo es Karina Marín Ortiz, de casi 30 años, quien es originaria del Distrito Federal. Tiene el pelo pintado de colores rojo y violeta, y viste con ropa estilo "punk".
Tatuajes cubren sus brazos. Ese look, expresa, le ha hecho que la detengan los policías constantemente para hacerle "revisión".
Hace 11 años que Karina viene al Cervantino. Un amigo suyo la invitó al festival cuando ella cursaba la preparatoria. "has de cuenta que lo que yo he visto es que casi no viene gente.
No hay mucha apertura. La primera vez que vine había eventos culturales gratis. Toda la gente podía aprender algo. Ahora hay policías por todos lados y los eventos son muy caros, no cualquiera puede pagarlos.
Yo vengo porque tengo una línea de ropa que se llama Fashion Underground, y la vendo en varios lugares de la República, pero definitivamente se ha perdido la esencia del Cervantino".
En opinión de Karina, la constante presencia de los policías "espanta" a la gente durante el festival. "Diario me paran aunque sea una vez. Que si traigo drogas, que si la imagen… ya ves que es el cliché de algo malo".
Aunque no todos piensan igual. Thomas Pell es originario de Los Angeles, California. Tiene 27 años y es el segundo año que viene al FIC. Define al festival como un evento "grandioso", y explica que en pocos lugares de la República Mexicana la gente es tan cálida y tan amable.
Asegura que no le importa perderse en los callejones de Guanajuato. Que eso le resulta muy cool .
Durante la noche cervantina hay de todos los géneros musicales para escuchar. Caminas al Jardín de la Paz y escuchas ‘Becoming Insane’ de Infected Mushroom. Rumbo a la Plaza de la Paz, suena ‘Te quiero’ de Los Hombres G. Por la calle Mendizabal a todo volumen se escucha ‘Start me up’ de los Rolling Stones, un automóvil reproduce ‘Estos celos’ de Vicente Fernandez, y desde algún bar lejano suena ‘Another brick in the wall’ de Pink Floyd.
En las calles puedes cenar, escuchar a un ventrílocuo callejero, o ser dibujado con el cuerpo de Spiderman o una despampanante modelo. Adolescentes de todo el país visitan Guanajuato, entre quienes se encuentran los estudiantes del Colegio de Ciencias y Letras de Tepic.
Son 60 estudiantes que se apuntan cada año para asistir al Cervantino. Todos ellos tienen entre 17 y 18 años de edad. No paran de tomarse fotos en los jardines o en las escalinatas de la universidad.
Como cada año, el 2009 esperan regresar.
Erika García es de León, Guanajuato, y como tantos otro jóvenes leoneses, se queda a dormir con amigos suyos. Ella está de acuerdo con que hay más seguridad y actualmente "se está volviendo más aburrido en cuanto a la seguridad, antes el Cervantino era más prendido… pero en cuanto a la cultura está super bien".
Se quedará en Guanajuato: "¡Hasta que se acabe el Cervantino!"
Hasta que se acabe… lo cierto es que el festival apenas empieza.
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