Escuchar a estos ocho hombres de distintas edades y profesiones entrelazar cada uno de sus instrumentos, para acoger y proteger el canto del tenor Mohammed Bajedoub es presenciar una larga historia de migraciones, mareas, expulsiones y cultura. Vestidos con el traje tradicional marroquí en colores crema, zapatillas amarillas y sombrero carmesí, el violoncello, los violines, el laúd y las percusiones otorgaron el privilegio de escuchar, en el templado patio de la Ex-Hacienda San Gabriel de Barrera, una música de otros tiempos."Somos embajadores de la paz", dijo el coordinador del ensamble Mohammed Zemmama, igualmente ataviado, durante un breve intermedio en el que se dió a la tarea de hacer que público entendiera por qué había algo en aquellas melodías y ritmos que le recordaban a la música gitana, al Raï, al flamenco, y por qué al mismo tiempo estos hombres de aspecto monacal parecían obedecer a una partitura muy lejana a nosotros. Esta música es, sin embargo, el lazo que nos une a españoles, mexicanos y marroquíes. "Esta música de África del Norte, este gran patrimonio de cultura y civilización que nuestros ancestros comunes andaluces compartieron", exclamó Zemmama. Chabab Al Andalous, que significa Juventud Andaluza, se dedica a mantener viva la llama de aquella música que surgió en Andalucía, durante los siete siglos en los que la civilización musulmana vivió en la España de ahora. Tras la caída de Granada, mucho árabes tuvieron que volver a Marruecos, trayendo con ellos un "tesoro impalpable", la música de un momento en el que convivieron en armonía bereberes, españoles, católicos y musulmanes.Médicos, abogados, banqueros y profesores, ejecutaron con maestría y serenidad las composiciones del poeta, músico y cantante árabe Ziryab (Iraq 789 -Córdoba c. 857), considerado el inventor de los Noubas. Nacido en Bagdad, tuvo que trasladarse con su familia a España en el año 822. El artista y científico inventó la música andaluza con la ayuda de sus diez hijos e innumerables discípulos, quienes llevaron a Marruecos esta tradición en el siglo X. Asintiendo, marcando el ritmo, a veces moviendo la cabeza de forma negativa, el tenor Mohammed Bajedoub ejecutó estremecedoras Noubas, -poemas cantados en su mayoría- lamentos y plegarias que intentan llegar más allá de las nubes. La música árabe andaluza marroquí posee características propias que han cambiado al paso de los siglos. La conocida como Al-Ala o también Tarab al-Ala, representa al repertorio clásico profano. Existe música llamada fassiya (original de Fès) y el tetouanniyya (original de Tétouan). En Rabat y Oujda, se desarrolló un estilo conocido como Gharnati, en homenaje a la ciudad de Granada, bastión ancestral de la presencia del árabe en Andalucía.El inmenso acervo de canciones y música andaluza ha sido preservado por la gente de Marruecos a lo largo de diez siglos, gracias a la existencia de una fuerte tradición oral y al repertorio recopilado por un estudiante originario de Tétouan, llamado Hayik de Hasan del Muhammed Ibn, en el siglo XVIII, quien reunió todas las canciones existentes de la época, agregándoles interpretaciones exactas.Música
Escuchar a estos ocho hombres de distintas edades y profesiones entrelazar cada uno de sus instrumentos, para acoger y proteger el canto del tenor Mohammed Bajedoub es presenciar una larga historia de migraciones, mareas, expulsiones y cultura. Vestidos con el traje tradicional marroquí en colores crema, zapatillas amarillas y sombrero carmesí, el violoncello, los violines, el laúd y las percusiones otorgaron el privilegio de escuchar, en el templado patio de la Ex-Hacienda San Gabriel de Barrera, una música de otros tiempos."Somos embajadores de la paz", dijo el coordinador del ensamble Mohammed Zemmama, igualmente ataviado, durante un breve intermedio en el que se dió a la tarea de hacer que público entendiera por qué había algo en aquellas melodías y ritmos que le recordaban a la música gitana, al Raï, al flamenco, y por qué al mismo tiempo estos hombres de aspecto monacal parecían obedecer a una partitura muy lejana a nosotros. Esta música es, sin embargo, el lazo que nos une a españoles, mexicanos y marroquíes. "Esta música de África del Norte, este gran patrimonio de cultura y civilización que nuestros ancestros comunes andaluces compartieron", exclamó Zemmama. Chabab Al Andalous, que significa Juventud Andaluza, se dedica a mantener viva la llama de aquella música que surgió en Andalucía, durante los siete siglos en los que la civilización musulmana vivió en la España de ahora. Tras la caída de Granada, mucho árabes tuvieron que volver a Marruecos, trayendo con ellos un "tesoro impalpable", la música de un momento en el que convivieron en armonía bereberes, españoles, católicos y musulmanes.Médicos, abogados, banqueros y profesores, ejecutaron con maestría y serenidad las composiciones del poeta, músico y cantante árabe Ziryab (Iraq 789 -Córdoba c. 857), considerado el inventor de los Noubas. Nacido en Bagdad, tuvo que trasladarse con su familia a España en el año 822. El artista y científico inventó la música andaluza con la ayuda de sus diez hijos e innumerables discípulos, quienes llevaron a Marruecos esta tradición en el siglo X. Asintiendo, marcando el ritmo, a veces moviendo la cabeza de forma negativa, el tenor Mohammed Bajedoub ejecutó estremecedoras Noubas, -poemas cantados en su mayoría- lamentos y plegarias que intentan llegar más allá de las nubes. La música árabe andaluza marroquí posee características propias que han cambiado al paso de los siglos. La conocida como Al-Ala o también Tarab al-Ala, representa al repertorio clásico profano. Existe música llamada fassiya (original de Fès) y el tetouanniyya (original de Tétouan). En Rabat y Oujda, se desarrolló un estilo conocido como Gharnati, en homenaje a la ciudad de Granada, bastión ancestral de la presencia del árabe en Andalucía.El inmenso acervo de canciones y música andaluza ha sido preservado por la gente de Marruecos a lo largo de diez siglos, gracias a la existencia de una fuerte tradición oral y al repertorio recopilado por un estudiante originario de Tétouan, llamado Hayik de Hasan del Muhammed Ibn, en el siglo XVIII, quien reunió todas las canciones existentes de la época, agregándoles interpretaciones exactas.
Escuchar a estos ocho hombres de distintas edades y profesiones entrelazar cada uno de sus instrumentos, para acoger y proteger el canto del tenor Mohammed Bajedoub es presenciar una larga historia de migraciones, mareas, expulsiones y cultura. Vestidos con el traje tradicional marroquí en colores crema, zapatillas amarillas y sombrero carmesí, el violoncello, los violines, el laúd y las percusiones otorgaron el privilegio de escuchar, en el templado patio de la Ex-Hacienda San Gabriel de Barrera, una música de otros tiempos."Somos embajadores de la paz", dijo el coordinador del ensamble Mohammed Zemmama, igualmente ataviado, durante un breve intermedio en el que se dió a la tarea de hacer que público entendiera por qué había algo en aquellas melodías y ritmos que le recordaban a la música gitana, al Raï, al flamenco, y por qué al mismo tiempo estos hombres de aspecto monacal parecían obedecer a una partitura muy lejana a nosotros. Esta música es, sin embargo, el lazo que nos une a españoles, mexicanos y marroquíes. "Esta música de África del Norte, este gran patrimonio de cultura y civilización que nuestros ancestros comunes andaluces compartieron", exclamó Zemmama. Chabab Al Andalous, que significa Juventud Andaluza, se dedica a mantener viva la llama de aquella música que surgió en Andalucía, durante los siete siglos en los que la civilización musulmana vivió en la España de ahora. Tras la caída de Granada, mucho árabes tuvieron que volver a Marruecos, trayendo con ellos un "tesoro impalpable", la música de un momento en el que convivieron en armonía bereberes, españoles, católicos y musulmanes.Médicos, abogados, banqueros y profesores, ejecutaron con maestría y serenidad las composiciones del poeta, músico y cantante árabe Ziryab (Iraq 789 -Córdoba c. 857), considerado el inventor de los Noubas. Nacido en Bagdad, tuvo que trasladarse con su familia a España en el año 822. El artista y científico inventó la música andaluza con la ayuda de sus diez hijos e innumerables discípulos, quienes llevaron a Marruecos esta tradición en el siglo X. Asintiendo, marcando el ritmo, a veces moviendo la cabeza de forma negativa, el tenor Mohammed Bajedoub ejecutó estremecedoras Noubas, -poemas cantados en su mayoría- lamentos y plegarias que intentan llegar más allá de las nubes. La música árabe andaluza marroquí posee características propias que han cambiado al paso de los siglos. La conocida como Al-Ala o también Tarab al-Ala, representa al repertorio clásico profano. Existe música llamada fassiya (original de Fès) y el tetouanniyya (original de Tétouan). En Rabat y Oujda, se desarrolló un estilo conocido como Gharnati, en homenaje a la ciudad de Granada, bastión ancestral de la presencia del árabe en Andalucía.El inmenso acervo de canciones y música andaluza ha sido preservado por la gente de Marruecos a lo largo de diez siglos, gracias a la existencia de una fuerte tradición oral y al repertorio recopilado por un estudiante originario de Tétouan, llamado Hayik de Hasan del Muhammed Ibn, en el siglo XVIII, quien reunió todas las canciones existentes de la época, agregándoles interpretaciones exactas.

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