lunes, 27 de octubre de 2008

La alternativa de izquierdas

LA COLUMNA DEL BÚHO
La alternativa de izquierdas
27.10.08 -
JOSÉ G. LADRÓN DE GUEVARA
PARECE ser que a mediados del mes que viene, consagrado a los fieles difuntos que en paz descansen, se celebrará en Washington una cumbre mundial para debatir sobre la articulación de un sistema financiero que no sólo solucione la actual crisis económica que nos corroe sino que, al mismo tiempo, determine lo que podría ser la refundación orgánica y operativa del capitalismo clásico, vigente hasta ahora.Desde un principio se teme que a esta reunión al más alto nivel, para la que han sido ya convocados veinte países, entre ellos Turquía, Argentina, Corea del Sur, Indonesia y Arabia Saudí, además de las grandes potencias, no nos inviten a los españoles, en la persona del presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero; no se sabe si por el expreso veto del malvado gran jefe yanqui, que sigue sin perdonarle la precipitada fuga de nuestros soldados del Irak, y no digamos su desplante a la bandera de las barras y las estrellas, o por cualesquiera otra circunstancia, contraria a la presencia española, que tenga algo que ver con la manía que le tienen a Zapatero algunos mandatarios europeos, como Sarkozy o Berlusconi, tanto por la pujanza arrolladora de nuestro país como por la fascinante personalidad, anatómica y política, de su jefe de Gobierno. Puede ser, también, que sea el conjunto de la derecha mundial, representante y ejecutora del capitalismo imperialista y depredador que nos domina, la que haya considerado como una absurda contradicción, terminológica y pragmática, la posibilidad de que un significativo líder de izquierdas, como dice ser Zapatero, participe, con voz y voto, en un concilio ecuménico capitalista, absolutamente opuesto a sus principios ideológicos, políticos y sentimentales. Algo tan raro, y estrafalario, como si un imán islamista participara activamente en las deliberaciones de un cónclave católico, apostólico y romano. Me parece que queda claro. O sea, que qué pinta un manso cordero dentro de una manada de lobos feroces.LA cosa es que si el veto se impone definitivamente, que lo dudo, considerando la capacidad negociadora y persuasiva del ministro Moratinos, Rodríguez Zapatero no saldría en la foto de la familia capitalista, los amos del mundo, lo cual puede ocasionarle un disgusto, por no decir un cabreo de aúpa, en la misma medida que significa un terrible desprecio para el conjunto de los españoles, entre los que yo no me daré por aludido. La verdad es que si el presidente del Gobierno, con sus ministros de Economía y Asuntos Exteriores, más los asesores de guardia, no intervienen en este importantísimo conciliábulo capitalista, los que en definitiva saldrán perdiendo son ellos, los propios convocantes, ya que no podrán contar con la inestimable colaboración del presidente español, en tanto en cuanto sus análisis académicos y sus propuestas para resolver la crisis y redimensionar la economía mundial, a través de parámetros sostenibles pero transversales, puede significar una auténtica revelación para todos, teniendo en cuenta que se tratará de una alternativa de izquierdas, absolutamente original y concluyente, que sin duda sorprendería a los reunidos tanto por su novedad como por su eficacia y alcance regenerativo. No sé si me explico.Porque se trata, efectivamente, de una crisis del capitalismo puro y duro, digamos ortodoxo, y Rodríguez Zapatero representa la praxis de una izquierda futurible exenta de los excesos y vicios patológicos que han socavado los cimientos del rascacielos capitalista occidental. Tal vez sea ahí, precisamente, donde radique la motivación de este posible desprecio hacia el presidente español y la ciudadanía que pastorea. Lo que realmente ocurre es que le tienen miedo. Así de claro. Que no se atreven a convocarlo porque él, y solamente él, puede ser, y lo sería, quien los ponga ante sus propias contradicciones orgánicas y estratégicas. Zapatero será el único ideólogo que les plantee, en sus justos términos, el problema que, a duras penas y dando palos de ciego, pretenden resolver, sin caer en la cuenta de que, seguramente, el capitalismo clásico y tradicional ha llegado a su fin final, y que lo únicamente válido, ante esta situación crítica y terminal, es la alternativa de una izquierda como la representada por el político español. Ha llegado el momento de la izquierda mundial, a partir de la española. Tanto Rodríguez Zapatero como Gaspar Llamazares, portavoz de la Izquierda más o menos Unida, siempre a remolque del PSOE para lo que ustedes gusten mandar, puede ser que dispongan, en sus manos, de la única y verdadera solución, como alternativa a la crisis que nos asfixia. Una solución progresista, solidaria y regeneradora. Y absolutamente original. El capitalismo está tocado de ala. Se tambalea. Digamos, en términos pugilísticos, que está 'groggy' y a punto de desplomarse. Ha sonado el final para su historia. Ellos mismos se han devorado, lo mismo que un autófago monstruo mitológico. Su propia voracidad ha sido su peor enemigo. Ya lo dice el pueblo, tan sabio: 'la ambición rompe el saco'. Y no saben cómo salir del trance, porque se trata de un naufragio y lo mismo que sucedió cuando el hundimiento del Titanic, a la hora de la tragedia no hay botes de salvamento para todos. Y pasará lo de siempre: que se salvarán los más poderosos y los sinvergüenzas, y perecerán los más infelices y menesterosos. Es la hora, pues, de tirar la casa por la ventana. A grandes males, grandes remedios. El crepúsculo del capitalismo neoliberal debe coincidir con la aurora de la izquierda posmoderna y progresista, a través de su revolución ética y estética. Pacífica y sostenible. Como está mandado.EL otro día decía Gaspar Llamazares, que dimite de todo menos del escaño, porque con las cosas de comer no se juega, que no le parecía bien ni aceptable resolver los conflictos (la crisis) de la banca con el dinero de los contribuyentes (los presupuestos generales del Estado). El buen hombre venía a decir, supongo que con el respaldo de los sindicatos, que cuando los capitalistas, y sus paniaguados, ganan el dinero a espuertas, incluso lo roban, se lo reparten ellos, tan campantes y santas pascuas. Si lo pierden, víctimas de sus propios desmanes, entonces salen a la calle, en plan aspaventoso, lloriqueando y pidiendo la ayuda de los poderes públicos que administran los dineros de la ciudadanía. Lo que ha pasado ahora. Supongo que Rodríguez Zapatero, vaya o no vaya a Washington, siendo inequívocamente de izquierdas, pensará lo mismo. Y por eso le temen. Por eso no le invitan. Porque él, y solo él, tiene la clave resolutiva de la crisis. Una alternativa de izquierdas que, naturalmente, no le hará mucha gracia a Sarkozy, a Berlusconi, a Bush, y al resto del derechoso capitalismo mundial. Con su pan se lo coman.Eso sí, por la cuenta que les trae, yo les recomendaría que le inviten, le escuchen y sigan sus sugerencias. Apliquen su receta terapéutica. Dimitan de su soberbia y admitan que aún estamos a tiempo de salvarnos. Lo de salir o no salir en la foto de familia también tiene su importancia. Pues claro que sí.

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