
Harlem Jubile Fingers, de Gregory Hopkins
Aleluya, Harlem en el Cervantino
En el púlpito del recinto católico se vivió una verdadera conmoción.
La agrupación se presentó ayer en el Templo de la Valenciana Foto: Mónica González
12-Octubre-08
Miraba al cielo y exclamaba en silencio ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! Era Gregory Hopkins, director de Harlem Jubile Fingers, de la Convent Avenue Baptist Church, el artífice de que judíos, cristianos, católicos y protestantes, comulgaran con Dios, mediante la música afroamericana, que ayer se escuchó en el Templo de la Valenciana.En el púlpito del recinto católico se vivió una verdadera conmoción. Las plegarias y las alabanzas entonadas con potentes voces, hicieron vibrar a los enormes muros de la iglesia y pusieron a bailar al público que asistió este sábado al concierto programado dentro del 36 Festival Internacional Cervantino.Hasta los santos se contagiaron con el fervor de las sopranos, los tenores, los bajos, así como del baterista, el bajo y el pianista, cuyos ritmos fueron del blues al rock, pasando por el jazz y los cantos de origen africano.Con estas plegarias llenas de júbilo y alegría, muestra del poder y de la tradición coral de la música sacra afroamericana, se levantaron de sus asientos hasta los niños de la primera fila, quienes durante el concierto se habían mostrado inquietos porque estaban muy cerca de la bocina y cuando el coro alcanzaba notas muy altas, remolineaban y se tapaban los oídos. La fe mueve corazonesSer creyente es requisitos para ingresar al coro, pues sólo así logran establecer un diálogo respetuoso con la divinidad, sensibilizar al público y entrar en una especie de catarsis.La solista Tanya Arlene Taum, quien apareció al centro del coro, e interpretó I Didn’t Feel no Ways Tired, de James Clevelan, confirma que todo cantante que eleva una plegaria a Dios, debe de sentirla.“Cuando canto, pienso en Dios y por mi mente pasan muchas cosas de mi vida, pero al mismo tiempo pienso en comunicarle esa emoción y mi fe a las personas que me escuchan”.Agradeció la generosidad de público mexicano, a pesar de que este tipo de plegarias en México no son una tradición, como sucede en las iglesias de Estados Unidos, donde las personas cantan y participan de manera eufórica de este rito.Tanya se asumió como una cantante privilegiada de la Convent Avenue Baptist Church, pues de los mas de 300 cantantes que la conforman, ella fue una de las elegidas para integrar The Harlem Jubilee Singers, agrupación coral destinada a ofrecer conciertos internacionales.Ella, junto con los otros 15 miembros del coro, demostró en Guanajuato la fuerza y la vigencia de los cantos de los esclavos negros, tras casi cinco siglos de su arribo a América.Con su actuación confirmó que a través del canto, de la conjunción de los ritmos africanos y del sentimiento, se ha logrado que muchas personas vivan plenamente su fe.Única funciónSólo unos cuantos privilegiados fueron testigos de este acontecimiento musical irrepetible, ya que The Harlem Jubile Fingers únicamente ofreció un concierto en Guanajuato.Afortunadamente habrá otras presentaciones en Monterrey (13 de octubre, Explanada de Santa Lucía), Campeche, Morelia, y San Cristóbal de las Casas, Chiapas.Dado el éxito del concierto en el Templo de la Valenciana, Jaime Suárez, encargado de la programación del FIC se comprometió a realizar las gestiones necesarias para que en lo futuro, este singular coro retorne a la Capital Cervantina.Descartó que en las próximas presentaciones que ofrecerá esta agrupación en algunas ciudades del país, se genere alguna protesta de parte de la Iglesia católica, ya que dijo, estos cantos que rompen con la liturgia de la religión mayoritaria en México, son “plegarias a Dios y Dios es de todos”.
Guanajuato/Leticia Sánchez
La agrupación se presentó ayer en el Templo de la Valenciana Foto: Mónica González
12-Octubre-08
Miraba al cielo y exclamaba en silencio ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! Era Gregory Hopkins, director de Harlem Jubile Fingers, de la Convent Avenue Baptist Church, el artífice de que judíos, cristianos, católicos y protestantes, comulgaran con Dios, mediante la música afroamericana, que ayer se escuchó en el Templo de la Valenciana.En el púlpito del recinto católico se vivió una verdadera conmoción. Las plegarias y las alabanzas entonadas con potentes voces, hicieron vibrar a los enormes muros de la iglesia y pusieron a bailar al público que asistió este sábado al concierto programado dentro del 36 Festival Internacional Cervantino.Hasta los santos se contagiaron con el fervor de las sopranos, los tenores, los bajos, así como del baterista, el bajo y el pianista, cuyos ritmos fueron del blues al rock, pasando por el jazz y los cantos de origen africano.Con estas plegarias llenas de júbilo y alegría, muestra del poder y de la tradición coral de la música sacra afroamericana, se levantaron de sus asientos hasta los niños de la primera fila, quienes durante el concierto se habían mostrado inquietos porque estaban muy cerca de la bocina y cuando el coro alcanzaba notas muy altas, remolineaban y se tapaban los oídos. La fe mueve corazonesSer creyente es requisitos para ingresar al coro, pues sólo así logran establecer un diálogo respetuoso con la divinidad, sensibilizar al público y entrar en una especie de catarsis.La solista Tanya Arlene Taum, quien apareció al centro del coro, e interpretó I Didn’t Feel no Ways Tired, de James Clevelan, confirma que todo cantante que eleva una plegaria a Dios, debe de sentirla.“Cuando canto, pienso en Dios y por mi mente pasan muchas cosas de mi vida, pero al mismo tiempo pienso en comunicarle esa emoción y mi fe a las personas que me escuchan”.Agradeció la generosidad de público mexicano, a pesar de que este tipo de plegarias en México no son una tradición, como sucede en las iglesias de Estados Unidos, donde las personas cantan y participan de manera eufórica de este rito.Tanya se asumió como una cantante privilegiada de la Convent Avenue Baptist Church, pues de los mas de 300 cantantes que la conforman, ella fue una de las elegidas para integrar The Harlem Jubilee Singers, agrupación coral destinada a ofrecer conciertos internacionales.Ella, junto con los otros 15 miembros del coro, demostró en Guanajuato la fuerza y la vigencia de los cantos de los esclavos negros, tras casi cinco siglos de su arribo a América.Con su actuación confirmó que a través del canto, de la conjunción de los ritmos africanos y del sentimiento, se ha logrado que muchas personas vivan plenamente su fe.Única funciónSólo unos cuantos privilegiados fueron testigos de este acontecimiento musical irrepetible, ya que The Harlem Jubile Fingers únicamente ofreció un concierto en Guanajuato.Afortunadamente habrá otras presentaciones en Monterrey (13 de octubre, Explanada de Santa Lucía), Campeche, Morelia, y San Cristóbal de las Casas, Chiapas.Dado el éxito del concierto en el Templo de la Valenciana, Jaime Suárez, encargado de la programación del FIC se comprometió a realizar las gestiones necesarias para que en lo futuro, este singular coro retorne a la Capital Cervantina.Descartó que en las próximas presentaciones que ofrecerá esta agrupación en algunas ciudades del país, se genere alguna protesta de parte de la Iglesia católica, ya que dijo, estos cantos que rompen con la liturgia de la religión mayoritaria en México, son “plegarias a Dios y Dios es de todos”.
Guanajuato/Leticia Sánchez

No hay comentarios:
Publicar un comentario