Abre sus puertas el FIC

Abre sus puertas el FIC

Se llena la Alhóndiga, de espectadores, pese a las fuertes madidas de seguridad. Foto: Crescencio Torres / El Sol de Salamanca

El Sol de Salamanca
9 de octubre de 2008

Yara Valadez

Guanajuato, Guanajuato.- La trigésimo sexta edición del Festival Internacional Cervantino (FIC) abrió el telón con el caudal de emociones que dejó verter entre el público guanajuatense el cantautor catalán, Joan Manuel Serrat.El público le fue fiel al autor de "La mujer que yo quiero" y "Mediterráneo", desde antes de que llegara al escenario. Más de cuatro mil almas mantuvieron la espera en la Explanada de la Alhóndiga de Granaditas y hasta la lluvia, proclamó la presencia del portador "de la música y la palabra" al envolver con un manto delgado de agua a los asistentes. Sin mayores protocolos, Serrat salió al escenario más importante del FIC acompañado de su inseparable e íntima amiga: su guitarra. Desprendió las primeras notas y se dejó oír, "caminante no hay camino"."Buenas Noches Guanajuato", fueron las primeras palabras con las que Serrat comenzó el diálogo con el público de la llamada "Fiesta del Espíritu" que siempre le ha sido fiel."Gracias por haber venido a la cita, en esta noche tan especial que me es un gran honor abrir el Festival Cervantino", expresó. Después de ahí, Serrat y el público guanajuatense fueron cómplices durante las dos horas que duró la velada. Con su espectáculo 100 x 100 Serrat, el poeta catalán hizo un recorrido por sus grandes temas acompañado por el pianista Ricardo Miralles. Cantó algunas canciones en catalán, y brilló el gran humor dentro de sus historias, esa ironía que le impregna a vida y que lo hace ser "único" en su género. El clímax llegó cuando Joan Manuel cantó "Caminos de Guanajuato", del compositor guanajuatense, José Alfredo Jiménez. Ya para el final, Joan Manuel Serrat expresó, "¡vino un chingo de gente!" y tuvo que regresar al escenario dos veces para dejar que el público se le entregara totalmente con "Penélope". SEGURIDADLa inauguración trascendió sin mayores contratiempos. En medio de medias extremas de seguridad, el público, por primera vez, pasó por diversos filtros para llegar a un espacio de las escalinatas de la Explanada de la Alhóndiga para poder disfrutar la fiesta inaugural. La fila de revisión abarcó toda la calle Mendizábal hasta la calle Cinco de Mayo; cada asistente fue revisado a fin de decomisar botellas, palos, objetos de metal, encendedores y otros objetos. Asimismo, varios uniformados, fueron colocados arriba de las azoteas de viviendas aledañas a la Alhóndiga. Desde temprana hora y por todo el centro de la ciudad, se observó a elementos de las Fuerzas de Seguridad Pública del Estado, policía preventiva y ministeriales, así como dos convoys del Ejército que vigilaron el ambiente del FIC.